Propuesta.

14.03.2014 20:54

Uno de los grandes retos que enfrentan los gobiernos en la actualidad es mejorar la seguridad alimentaria de la población. La creciente demanda mundial y los efectos nocivos del cambio climático sobre la producción agropecuaria han renovado el interés por las políticas públicas para fomentar la disponibilidad, el acceso y el uso de los alimentos.

 Dado que la inseguridad alimentaria es resultado de múltiples causas, los esfuerzos por aliviarla han tomado también distintas formas, dando origen a una tipología de programas con características muy variadas.

En un principio se privilegió la producción en gran escala de alimentos, dando lugar a la llamada Revolución verde. El énfasis pasó después a asegurar el acceso a la alimentación de los grupos vulnerables, así como a optimizar su uso desde el punto de vista nutricional.

Los programas de transferencias condicionadas representan el mayor avance en este sentido. La evidencia disponible indica que son un medio efectivo para mejorar el acceso de las familias de bajos ingresos a los alimentos. No obstante, los recientes incrementos de precios en el mercado internacional le han dado un nuevo impulso al fomento de la producción agropecuaria, pero debe tenerse en cuenta que, en el largo plazo, esto podría generar daños al medio ambiente.

Por esta razón, quizás ha llegado el momento de agregar una dimensión de sustentabilidad ambiental a la definición de seguridad alimentaria.

Dado que la inseguridad alimentaria y nutricional proviene de múltiples causas, las intervenciones gubernamentales para resolverla y prevenirla abarcan un amplio abanico de posibilidades.

La inflación, el tipo de cambio, la estructura arancelaria y las tasas de interés determinan las decisiones de los consumidores y productores de alimentos; de ahí que siempre se ha resaltado la importancia de las políticas monetaria, fiscal y comercial como los ejes que guían al resto de los programas de gobierno.

Aunque intensificar el uso de insumos puede mejorar los rendimientos físicos de la producción, generalmente los productores de menores recursos carecen de los medios para comprarlos. Esto crea un círculo vicioso que mantiene a los agricultores atados a prácticas de baja productividad, pero que implican un menor riesgo financiero.